Ciudad de México (6 marzo 2006).- Emergida de los cabaretes y teatros de revista, una cantante de jazz y vedette marcó el inicio del rocanrol en México. Pero 50 años después, sus herederos le escatiman el título de "rocanrolera". Investigadores como Arturo Lara y Teresa Estrada consideran a Gloria Ríos (1928-2002) "pionera ignorada" por la historia del rock.
Y aunque la generación de adolescentes que se apoderó del ritmo a finales de los años 50 la reconocen como precursora, algunos exponentes sólo reconocen la influencia de los grupos estadounidenses que se escuchaban en la radio, como Billy Halley, Little Richard y, por su puesto, Elvis Presley.
"La veíamos como una cantante de jazz que tenía mucho feeling, pero realmente no era rocanrolera", opina José Negrete, pianista de Los Locos del Ritmo, agrupación formada en 1957. Mario Sanabria, bajista de Los Locos..., y otros rocanroleros que formaron parte del movimiento de grupos juveniles que se proyectaron a partir de 1958, como el bajista de Los Sinners Ramón Rodríguez y el guitarrista Javier Bátiz, de los TJs, coinciden con Negrete en que "es justo llamarla pionera".
"Ella fue quien empezó a usar el término rock and roll, pero en realidad interpretaba ciertas formas de jazz con swing. Por moda le decían rock a muchas cosas que no lo eran", observa Negrete. Estos músicos adjudican a la proyección de quien era una conocida artista de cine, al aparecer en cintas como Las locuras del rock and roll (1957), su capacidad para difundir el género en el que, por aquellos años, brevemente incursionó también la orquesta de Juan García Esquivel.
"Gloria Ríos abanderó el rocanrol hasta su retiro, en 1971", observa Lara, quien tras 11 años de investigación es autor de la primera enciclopedia del rock nacional, compendio en formato de DVD y CD, cuyo primer número, aún en versión demo, dedica a Gloria Ríos. Este producto todavía no se comercializa.
Las huestes del jazz
En sus albores, el rocanrol no era música de chamacos: los músicos que comenzaron a incluir una que otra pieza eran jazzistas en sus treintas que tocaban en grandes orquestas donde ejecutaban mambos, boleros y cha cha chás. Para estos ensambles, el rocanrol era "un ritmo más" de los que estaban de moda en los salones de baile, centros nocturnos y teatros como el Lírico, Cervantes y el Follies —escenarios por los que transitaron después los grupos de rocanrol—, observa el contrabajista Víctor Ruiz Passos "Vitillo".
En 1955 se integró el primer grupo de rocanrol: Gloria Ríos y sus Estrellas del Ritmo, conformado por quienes llegarían a ser luminarias del jazz nacional. Mario Patrón —segundo esposo de Ríos— estaba en el piano, Tommy Rodríguez en el saxofón tenor, Chilo Morán en la trompeta, Enrique Almanza "El jeep", en el bajo; el ex esposo de la cantante Leo Acostay Toño Adame alternaron en la batería de la agrupación que duraría cerca de año y medio, hasta 1957.
"Era un rocanrol un poquito diferente al que después hicimos los grupos, más jazzeado", comenta Rodríguez. "Definitivamente estábamos convencidos de que eso no era rocanrol", resume Negrete. "Ésa era la visión adulta del rock. Luego entramos los chamacos, que lo sentíamos como algo propio". Más cercano al sonido juvenil que brotó en fiestas y garages en 1957 y que salió a los medios de comunicación en 1958, fue el de Los Lunáticos.
El grupo creado en 1956 le pisó los talones a las grabaciones de Ríos: ese mismo año salieron Blue suede shoes, un éxito de Presley, y un rock de José Luis Arcaraz, Dónde lo pescaste. Arcaraz, el pianista de la banda, refiere que tocaban al estilo Presley; pero cuando el rey del rock declaró que prefería darle un beso a dos negras que a una mexicana, provocando la quema de sus discos en el Zócalo, el grupo se vio afectado. "En el Teatro Lírico el público se nos vino encima en insultos", recuerda Sergio Bustamante, el vocalista. Los Lunáticos fue "una raya en el agua" califica Arcaraz, ya que sobrevivió únicamente año y medio, tiempo en que grabó 10 sencillos. Fue quizá por su condición de chicana marginada que, pese a ser mujer en un país conservador, Ríos se convirtió en la introductora de aquella forma musical rompedora, considera su hija y de Adalberto Martínez Resortes, Regina Martínez
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