Cortesía de Victor Moreno, baterista del grupo.
A
mediados de 1972, apenas saliendo de la adolescencia, tres amigos desde
la secundaria echamos a andar un proyecto de grupo que se convertiría
en Medusa. Originalmente usábamos un nombre que nos heredaron los de El
Ritual y éramos un cuarteto donde yo tocaba el bajo, y Javier y Toño
guitarras. El baterista nos dejó después de la primera presentación y la
sufrimos para encontrar un reemplazo que nunca llegó.
Por azahares del
destino fuimos invitados a participar en una tocada con
motivo del Día de Muertos en una de las mejores vecindades de la zona
de Tlatelolco alternando con la Tinta Blanca y fue cuando decidí pasarme
a la batería y Javier se hizo cargo del bajo. Y funcionó. Por ello
decidimos quedarnos como trío a partir de esa fecha y en la siguiente
presentación que tuvimos una semana después en las oficinas de la
revista Pop donde alternamos con Náhuatl, también decidimos cambiar de
nombre y usar uno sugerido por Javier: ese nombre fue Medusa. Por tal
razón siempre consideramos que Medusa nació el Día de Muertos, 2 de
noviembre de 1972, hace 50 años.
Ahí empezó la historia para nosotros
que siempre defendimos nuestra postura de hacer rock original, con
letras en español y en un estilo que entonces le llamábamos Rock Pesado y
que actualmente denominan como Stoner, motivo por el cual los
historiadores nos consideran como los padres de ese género en México. La
última vez que nos presentamos fue en junio del 2015 en un homenaje que
nos hicieron en el Tianguis del Chopo y aún cuando nunca se ha dado por
hecho que Medusa ya no existe, la realidad es que no sabemos cuándo se
den las condiciones como para volver a tocar o trabajar juntos ya que, a
excepción de Javier, todos andamos actualmente en otros proyectos. 50
años es toda una vida y en ese trayecto vivimos todo lo que han vivido
los grupos de rock en nuestro país y estamos muy orgullosos de ello.
Hay
un par de demos enlatados y una grabación en vivo lograda en El
Herradero en 1975 que estamos considerando liberar para que la gente
escuche lo que hacíamos en los setenta. De acuerdo, no tenemos medio
siglo de presentaciones y trabajo ininterrumpido y por otra parte hemos
tenido períodos de ausencia física en el medio, pero gracias a las
redes nuestra música está disponible en internet y por ello las nuevas
generaciones se han interesado en nuestra obra lo que finalmente es lo
que todo músico creativo busca, que su trabajo se difunda.
Son muchos
recuerdos y vivencias acumulados en medio siglo y este escaparate no es
suficiente para compartirlos por lo que me encuentro avocado a elaborar
un libro que abarque esta gran historia y otras más que me tocó
protagonizar.
En la imagen estamos Luis Antonio Urquiza, guitarra y yo,
batería, montando los cuacos y Javier Plascencia, bajo y voz, de pie.
Quiero mencionar otros compañeros que compartieron con nosotros esta
aventura a lo largo de este trayecto: Hugo Mayoral, baterista, Gabriel
Martínez, baterista, Arturo Cortés, baterista, Carlos Naranjo, baterista
y Jaime García, guitarra y sintetizadores. La vida es muy corta y 50
años son nada en el vasto universo al que inevitablemente nos
reintegraremos llegada la hora. Por lo que a mi respecta, Medusa ha sido
lo mejor que me dio la vida en ese entonces junto con tres hermanos
musicales a los que aprecio y respeto mucho. Mis felicitaciones a ellos
por haber sido parte de esta gran aventura.



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